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Qué hermosura de día… 5 septiembre 2010

Posted by irreductiblepuntocom in Music.
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Ya que en la última entrada fui «un poco negativo»… empecemos esta entrada de otra manera:

Os comenté hace unos días, concretamente el pasado día 24 que en la web de la NASA (https://songcontest.nasa.gov/top40.aspx) se ha publicado que se está haciendo un concurso para pedir que se voten las canciones que servirán para despertar a los astronautas de las próximas misiones espaciales.

Bueno, pues un servidor (y bloguero) se ha decantado por la canción de U2, que acumula ya más de once mil votos (ocupando el octavo lugar en el ránking) y cuya letra tenéis a continuación:

El corazón es una flor abriéndose con fuerza a través del suelo pedregoso. No hay sitio. Ningún espacio para alquilar en esta ciudad. Se te acabó la suerte y el motivo por el que debías preocuparte. El tráfico está atascado y no te mueves a ninguna parte. Creías que habías encontrado un amigo para sacarte de este lugar. Alguien a quien podrías echar una mano a cambio de la gracia. Es un bonito día. El cielo cae, sientes que es un bonito día. No dejes que se vaya. Estás en la carretera, pero no tienes ningún destino en mente. Estás en el barro, en el laberinto de la imaginación de ella. Amas esta ciudad, incluso si eso no suena a cierto. Has estado en toda ella, y toda ella sobre ti. Es un bonito día. No dejes que se vaya. Es un bonito día. Tócame. Llévame a otro lugar. Enséñame. Sé que no soy un caso desesperado. Mira el mundo de verde y azul. Mira China justo delante de ti. Mira los cañones rotos por las nubes. Mira los barcos atuneros limpiando el mar. Mira los fuegos de los beduinos por la noche Mira los campos petrolíferos a la luz del amanecer. Y mira el pájaro con una hoja en su boca. Después de la marea, todos los colores surgen. Era un bonito día. No dejes que se vaya. Tócame. Llévame a ese otro sitio. Alcánzame. Sé que no soy un caso desesperado. Lo que no tienes, no lo necesitas ahora. Lo que no sabes, lo puedes sentir de alguna forma. Lo que no tienes, no lo necesitas ahora. No lo necesitas ahora. Era un bonito día. (Beautiful day – U2)

Todo esto viene a que el domingo pasado fue la prueba palpable de que, cuando menos te lo esperas, la tormenta más funesta con la que amaneces se puede conviertir al cabo de unas horas en un maravilloso día soleado en tu corazón (y hasta aquí puedo contar…)

Cambiando radicalmente de tercio y por lo que respecta a lo estrictamente musical, deciros que también en el año 84 nuestro grupo vasco Oskorri publica otro disco: «Hau, hermosurie!» ( Qué hermosura)

Como apreciáis en la carátula, los integrantes del grupo aparecen vestidos (algunos, mejor dicho, travestidos…) como diversos personajes populares del folklore vasco: desde el Celedón de Vitoria hasta el Zanpantzar navarro, pasando por el Pelotari o jugador de Pelota vasca, etc.

Adoro especialmente este disco por varias razones. Primero porque fue el primero de Oskorri que me compré (en formato vinilo, por supuesto), y con las letras en euskera, castellano y francés, como era habitual en el sello Elkar, que fue quien lo publicó.

En segundo lugar, una de sus canciones, «Ezpatadantza», es la primera que escuché del grupo e hizo sacudir los cimientos en los que fundaba mis músicas preferidas.

En tercer lugar, la presentación del disco en el Palau de la Música fue el primer concierto de mi vida al que acudí y que recordaré siempre con especial cariño, ya que, de las cuatro o cinco veces que he ido a verlos, para mí siempre ha sido el mejor.

Sus dos primeros cortes, que podéis escuchar unidos en el Reproductor BOX de siempre, son un tema instrumental de apenas un minuto y diez segundos titulado «Kukubiltxo», que sigue inmediatamente después con la Danza de las espadas o «Espatadantza», un verdadero grito de guerra del pueblo vasco semejante al del «Braveheart» escocés.

Es notable el comienzo espectacular con el sonido de la alboka,

instrumento de tonos agudos producidos por un cuerno de vaca «tuneado».

También sorprende el empleo de la batería como instrumento de percusión (hasta el momento nunca la habían utilizado) y el aroma jazzístico inconfundible que flota en el ambiente del tema, uno de mis preferidos del grupo.

¡Oh, albokalari! ¡Llévanos hasta la siguiente entrada…!

Albokalari